Tratamiento farmacológico

Aunque no existe ningún tratamiento que cure de forma definitiva el Alzheimer, se han realizado grandes avances en el campo de la investigación y se han desarrollado tratamientos efectivos para ralentizar y atenuar los efectos de la enfermedad, sobre todo en las primeras fases.

Entre los fármacos que se han desarrollado para tratar la enfermedad, los más extendidos son los anticolinesterásicos que tienen una acción inhibidora de la colinesterasa, la enzima encargada de tratamiento alzheimerdescomponer la acetilcolina, el neurotransmisor que falta en la enfermedad de Alzheimer. Dentro del grupo de los inhibidores de la colinesterasa, están la tacrina (Cognex), donepezilo (Aricept), rivastigmine (Exelon) o galantamine (Reminyl). Los tres tienen efectos similares y parecidos efectos secundarios (alteraciones gastrointestinales, anorexia y trastornos del ritmo cardiaco). La tacrina en concreto destacó en su día como una de las grandes esperanzas en la obtención de un tratamiento para la enfermedad. Se demostró que esta sustancia produce una mejoría en la respuesta funcional de un 10 al 20% de los pacientes y un menor deterioro conginitivo a los 2 años. El empleo de la tacrina, sin embargo se reduce a las primeras fases de la enfermedad y no produce efecto alguno en las fases críticas.

También se ha usado como tratamiento específico la memantina (Axura, Ebixa) o la selegilina entre otros. La memantina (Akatinol) tiene su indicación en fases moderadamente graves y graves de la enfermedad, puesto que esta se usa para evitar la muerte neuronal y mejora la función cognitiva. Por otro lado la selegilina ha demostrado producir un retraso en la evolución de la enfermedad, pero al contrario que la memantina, no ofrece una mejoría en el plano cognitivo.

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