La diferencia entre las distintas etapas del Alzheimer es la creciente dependencia del individuo, que en esta segunda etapa se ve incrementada respecto a la etapa inicial. Aquí los síntomas de la enfermedad de Alzheimer empiezan a presentar una gravedad moderada y el paciente necesita cierta ayuda para el autocuidado, por ejemplo en tareas cotidianas y sencillas como lavarse o comer (apraxias). La agnosia (Por tanto, la dependencia del paciente está aumentando y el deterioro del tejido nervioso cerebral empieza a hacerse patente tanto en el terreno cognitivo, en el conductual y emocional como en el del lenguaje. En este último campo, las dificultades en el habla empiezan a surgir y el afectado tiene problemas en coordinar el lenguaje que emplea, en encontrar la palabra adecuada, o realizando frecuentes sustituciones incorrectas en las frases que emplea (afasias). Asimismo, su vocabulario se va perdiendo así como la fluidez en el uso del lenguaje, tanto hablado como escrito.
Durante esta fase la capacidad para ejecutar determinados movimientos todavía es conservada, pero el individuo se ve incapaz de aprender nuevas acciones o aspectos, y su memoria a largo plazo empieza a verse lacrada, así como su memoria visual (puede no reconocer a familiares y conocidos, así como diferentes lugares que antes le eran familiares (agnosias). También empiezan a darse ciertas manifestaciones que revelan como el deterioro afecta al plano emocional y conductual. El paciente puede mostrar cambios súbitos de humor, pasando de la calma más absoluta a la ira en pocos segundos, mostrar irritabilidad en general o incluso reaccionar con violencia física. En esta fase de gravedad moderada, pueden empezarse a darse condiciones críticas no ya para el enfermo, sino para aquel que le cuida, quien puede verse altamente afectado y manifestar síntomas del estrés y la ansiedad que le pueden producir la constante atención a una persona dependiente.
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